Aunque nuestros caminos se separen, todos buscamos el mismo objetivo, los caminos que se separan pueden volver a encontrarse.
Es fácil para nosotros ir y purgar cada pequeño vicio, pero el vicio existe inevitablemente en todos los seres vivos, incluso se podría decir que enfrentar esos vicios a diario es de lo que se trata la vida, y eso aplica también para las deidades, todos tenemos un pequeño vicio dentro de nosotros y no sabemos cuando nos podría afectar, el exceso de confianza da a los vicios una apertura para explotar.
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Olvidar es similar a perdonar, en la vida, todos cometemos errores, pero según como actúes tras el error, puede disminuir y perdonarse, mientras no puedas olvidarlo no perdonaras a otros o a ti mismo.
Para toda la reverencia y adoración que reciben las deidades, resulta que no son tan diferentes a los humanos, son increíblemente tontos, débiles y frágiles.
Egocentrismo, egoísmo, ignorancia, obsesión, ningún mortal se resiste a los vicios, así deben ser los humanos.
Nuestro deber como deidad no es enseñar u otorgar, solo mostramos el camino, hay un numero infinito de caminos, mundos pasados y aquellos por venir, no hay respuesta, solo debemos seguir el camino en que creemos.
Sin vicios no se puede alcanzar la iluminación, las vemos como cosas diferentes, pero su existencia depende del otro, aun no encuentro un camino puedan coexistir sin pisotear nuestros destinos.