Si no puedo salvar a mi amigo no podre vivir conmigo mismo, puede que sea un perdedor pero no soy un cobarde.
A mi también me dio miedo la primera vez que los vi, pero luego me di cuenta de que no son los monstruos de la naturaleza, somos nosotros.
Ha sonado la media noche, la hora de las brujas, cuando en los cementerios bostezan las tumbas, el halito del infierno se escapa por ellas para infraccionar al mundo.
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En esta ciudad debes bajar la cabeza, cerrar la boca, con solo pensar en no respetar a estos hijos de puta ya estar muerto, la regla es: No le causes problemas a nadie y tal vez hagan lo mismo por ti.
Dicen que las verdaderas historias de amor no terminan como en las películas, pero ¿que voy a saber yo? Nunca he estado enamorado.