Frases de Baraou no Souretsu

Hice una oración y pedí un deseo, pero las voces de mi maldición permanecieron, si el calor perdido al que me he aferrado tontamente no puede volver a pertenecerme, si a caso me permite escapar del destino, me convertiré en un demonio.

En este mundo enloquecido, un mendigo puede incluso convertirse en rey.

La muerte es una poderosa ola imprevista, su sorpresa nos toma impotentes.

Vuélvete despiadado, tu todavía tienes esperanza en la gente, si renuncias a esa única esperanza, podrás tener esperanza al menos para ti.

La gente jamás cambiara, si crees que alguien lo ha hecho con éxito es porque no la conoces lo suficiente.

La esperanza hace que la gente enloquezca.

Toda maldición tiene un precio que se debe pagar.

Aunque lo odies todo, no debes dejar que nadie lo averigüe con tus palabras.

Si Dios nos dio la carne para castigarnos por nuestro pecados, entonces este cuerpo se hubiera convertido en la prisión de mi alma, pero el que mi alma muriera me regalo la paz, si ya no tengo un alma no hay prisión que la retenga o la asfixie.

Asesinar a quien busca ser asesinado es un acto de caridad.

Morir en batalla no representa ningún honor, al morir que llevas el honor contigo.

Incluso la gloria no reconforta en la muerte, mis manos se encuentran vacías y pronto mis huesos se hundirán debajo de la tierra, nada me queda, nada me he de llevar.

Solo se necesita un golpe de suerte para cambiar el rumbo de la marea.

No pongas tu confianza en Dios, al infierno con cualquier destino decidido, toma lo que quieras de la vida y hazlo con todas tus fuerzas.

¿Cuándo se acabara la guerra? Aunque nuestro cuerpo se marchite, el espíritu y el olor de la venganza seguirán.

El camino mas solido al corazón de una mujer es colmarla de regalos.

El que ames a una mujer no te convierte en un hombre, y tu lo sabes, es una historia de amor y cortejo, será mejor que te olvides de los finales felices, a menos que puedas tener fe hasta el amargo final.

Si no te sujeto de la mano, entonces no tendría que soltarte nunca.

¿Es el amor el culpable de que las personas colmen sus ojos de ceguera?

No importa cuantas lagrimas derrame, el aire de mis pulmones es suficiente para avivar el fuego de mi rabia y abrazar mi cuerpo hasta las cenizas.