Frases de Nanatsu no Taizai

Te lo prometo, no importa donde esté. Siempre volveré contigo vivo.

De cualquier manera no queda mucho tiempo. El hecho de que puedo verte, ya que tú estás muerto, es una prueba de ello.

Los maestros son genios, intento arreglar y actualizar pero estás tan bien que no queda espacio.

Mi hermano mayor, Elizabeth, lo que le hice a ellos, mate a Sariel y Tarmiel con mis propias manos, junto a muchos de mis hermanos, ninguno de ellos se merecía algo como esto.

Ella intento devorar el alma de mi hermano, su muerte fue bien merecida.

Bueno, parece que no necesitamos intervenir en esta ocasión.

¿Escuchaste lo que dije? No me pidas que mejor tu rendimiento.

Su intimidante presencia es sofocante y su nivel de poder, no hay duda, es el verdugo del clan demonio... Debo darme prisa y conseguir la espada sagrada.

Zeldoris todavía se preocupa por ti, eres su única esperanza.

Para ser honesto, me sorprendió la rápida comprensión del niño, me pregunto, ¿hasta que punto la flor crece?

Ahora Escanor esta recuperado y el verdadero poder de la sacerdotisa es infinito. ¿Cuál es la verdadera razón para dejarlos pelear solos?

No podemos quedarnos aquí y esperar por siempre, es mejor apurarnos e ir a Camelot, tengo una horrible sensación de esta aterradora aura que apareció de repente.

Yo amo a Zeldoris, y quiero decir que el también me ama, pero lo que él realmente quería era el trono del rey demonio.

La muerte de Meliodas debe ser hecha por mis propias manos.

Me temo que parece que dos siguen vivos.

La razón por la que quieres el poder del rey demonio es por querer soltar la maldición que se te pego a ti y a tu mujer, ¿verdad?

¿Estás loco? ¿Ese es tu pedido? ¿Tiene que ver con los diez mandamientos y así pusieron fin a la guerra santa que me contaste durante una fiesta?

Así que tú eres el rey del cual Merlín estaba preocupada, ahora dime, ¿qué haces fisgoneando por este castillo? Debe ser algo por lo cual arriesgas tu vida... No puede ser. ¿Esa extraña espada?

Miren esa nube oscura, eso es... Los diez mandamientos.

¿No sabes cuando rendirte, verdad?