Frases de Nanatsu no Taizai

Solo estaba siendo sentimental e ingenuo.

¿Yo estaba teniendo una pesadilla?

Por fin están aquí, no tardará mucho, es hora del nacimiento del nuevo rey demonio.

Ya es suficiente, basta de esas absurdas y prepotentes palabras.

Como era de esperarse de los siete pecados capitales, incluso durante su descanso nunca cesan ante los desafíos difíciles para proteger a las personas.

El bosque de las hadas puede juzgar a la gente que lo cruza con su propia conciencia así que es posible que un criminal como tu sea rechazado, pero si estas conmigo, el rey de las hadas, quizás pueda hacer algo.

Si Meliodas estuviera vivo no tendrías ninguna oportunidad.

Zeldris es del orgulloso clan de los demonios, mientras que yo soy de los traidores vampiros, y ya estoy cansada, sin ningún objetivo o meta solo seguir bebiendo sangre y vivir. Ya no quiero una vida como esa.

Fui cautivado por cono pudiste anular sin esfuerzo el poder al que nadie pudo poner un dedo encima y salvaste al rey con tu asombrosamente inspiradora magia, dejame llamarte mi lady.

De verdad deberías ampliar tu repertorio de malos chistes, Dolor. Tanto te costaría darle algunos tips, Gloxinia.

Una nimiedad como mi cuerpo es insignificante si puedo detener todo este odio.

Su voluntad firme puede cambiar al mundo, el poder de Elizabeth, el arrasamiento de los Induras ha sido reprimido.

¿No es uno de los diez mandamientos? ¿Por qué estás con ellos?

Todo fue real, si hubiera sido una ilusión no podrías haber hablado con la gente de la manera en que lo hiciste.

Si no podemos siquiera vernos las caras, es imposible que seamos capaces de buscar algo.

No puedes irte y morir, siempre eres tan cruel. ¿Cómo me puedes pedir que te abandone incluso hasta el final?

La expresión de tu rostro ahora es maravillosa. Te ves como lo hacías cuando eras nuestro líder.

Que vergonzoso Ban del pecado del zorro, ser retrasado por estos débiles tan lamentables.

¿Por qué esto me sucede a mi de todas las personas?

El primer rey hada, el rey de los gigantes, ambos, Meliodas y yo, nunca los olvidaremos.