Poco a poco siento que estoy siendo estrangulado progresivamente... Aún así, extrañamente mantengo la calma, porque el pánico aun no ha afectado mi concentración. La razón es que nuestra meta está justo enfrente nuestro.
Es cierto, es tan simple. No importa que clase de bola difícil vaya en su camino, él sólo tiene una razón para ir tras ella, porque la pelota aun no ha caído y tocado la cancha. No importa lo inferior de sus puntos, él sólo tiene una razón para seguir peleando, porque ellos aun no han perdido.
En una esquina del gimnasio, a un lado de la cancha, en el pasillo. Practicaba en "cualquier lugar que pudiese ser un lugar de práctica".
Porque confío en mi poder de salto, no importa contra que tipos de postes tengamos como oponentes, ¡los venceremos!
¿Acaso que hayan perdido es una prueba de su debilidad? ¿El hecho de haber perdido no sera una prueba para ustedes? La prueba que nos dirá si pueden levantarse otra vez, luego de caer. Si se quedaran en el suelo luego de caer, eso probaría que son débiles.
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Somos como la sangre en nuestras venas, debemos fluir sin detenernos, debemos mantener el oxígeno moviéndose. Así... nuestras mentes pueden funcionar al máximo y de manera eficiente.
Hay momentos en los que es mejor no actuar de acuerdo a sus sentimientos. Pero si son capaces de seguir poniéndose a prueba a ustedes mismos, hay algunas opciones. Para superar dificultades, necesitan esfuerzo, resistencia y sacrificios.
- Daichi: El primer partido de práctica, las preliminares del Intercolegial y ahora... Tenemos nuestro partido más intenso. Oponentes difíciles... - Oikawa: Oponentes problemáticos... - Daichi: No teníamos mucha conexión con ellos el año pasado... - Oikawa: Se suponía que eran inferiores... - Daichi y Oikawa: Pero parece que estamos destinados a jugar al máximo. El último set. ¡Es nuestra última batalla!
Incluso si no tenemos la confianza para obtener la victoria, y los demás nos dicen que no tenemos oportunidad... Nosotros no deberíamos decirlo.
La primera vez que logré anotar un ace de saque pensé... "Cielos, ¿cuántas horas me entrené para anotar este tiro? Si pudiera saborear este tiro, este momento, otra vez creo que sobreviviré a esos entrenamientos".