No soy ningún héroe. Así que me da igual que gente que no conozco pierda el oído o grite de dolor. Es cierto. Siempre usé mi poder para mí mismo. Sigo mis propias reglas. ¿Salvar a los débiles? ¿Ser un salvador? No tengo ningún gran objetivo como el tuyo. Pero no te dejaré que te salgas con la tuya. ¿A qué crees que se debe? ¡A que no me agradas!
Siempre tuviste el talento para obtener todo lo que querías. Pero poder tener todo lo que deseas es lo mismo que no poder aspirar a nada
Al principio, la responsabilidad acompaña a la justicia. Deseo proporcionar responsabilidad a los jóvenes que usan el nombre de la justicia con tanto descaro.
La arrogancia de juzgar a los demás, y creerse mejores que sus iguales no es más que una forma de entretenimiento a los que los débiles se entregan para esconder su debilidad.
En otras circunstancias, el hecho sería un delito mínimo castigable con un mero golpe en la mano. Pero al usar la justicia como excusa, la gente condenará el hecho con vehemencia. Lo compartirán, intentando compartir la indignación pública con los demás. En tales actos de la gente no puede haber justicia.
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Mamá, quería volver a vivir contigo, eso era todo lo que quería, sé que estuvo mal, pero escapé por eso. Pero mientras tenga este aspecto no me aceptarás... sé que no me aceptarás. Por eso creí que tenía que volver a como era antes. Pero, por fin me di cuenta de lo que más me importaba, lo que nunca podré olvidar, quiero protegerte, mamá, aunque me odies y me trates como a un monstruo, quiero protegerte a pesar de todo eso. ¡No importa si me odia o te niegas a aceptarme! ¡Porque yo te quiero, mamá!
Hay quienes reconocen su debilidad y la usan como su punto de apoyo, creo que esa tontería es la más repugnante de todas.
Los débiles son seres lamentables a los que hay que salvar. Pero también creo que los fuertes necesitan ser salvados. Igual que los fuertes eclipsan a los débiles, a los fuertes les faltan iguales con los que medirse. Lo único que no cambia es la soledad que se siente.
Querer poder no es algo malo, y la gente también es libre de elegir cómo quieren usar el poder que consiguieron. Deberían usarlo como quieran, bajo su propia responsabilidad, después de todo, el poder es suyo
Ellos solo blanden el poder que acaban de conseguir y se sienten más vivos que nunca. ¿No es mejor para su salud desahogar sus frustraciones en el exterior que reprimirlas en su interior porque son débiles?
La reunión ansiada de uno puede ser la pesadilla de otro. Solo un lado puede conseguir lo que quiere. Al final, el mundo es injusto.
Los realmente débiles no reconocen su debilidad, se creen fuertes y rugen a una distancia segura. Cuando descubran la debilidad en otros actúan como si hubieran logrado un gran poder, se vuelven arrogantes, se agrupan y se burlan de los otros como si eso les sirviera para levantarse, pero es un malentendido. Aunque desprecien a los demás, su realidad, su falta de valor, no cambiará. ¿No es trágico? Que patéticos son los débiles que no reconocen su propia debilidad. Por eso empezaré trayendo a esos pobres al escenario de la realidad. Al obligarlos a afrontar la realidad resultarán lastimados, caerán y reconocerán su fragilidad, y entonces, querrán poder.