Sobre la colina, donde el sol veraniego se oculta en un rojo carmesí, yo no estoy ahí, ni debo estar ahí, sin una mirada de su rostro o sin decir adiós, el amor florece en mi corazón, pero me alejo hacia un lugar distante, con un arrepentimiento que aparece en mi corazón, como un fuego fatuo, me adentro mas en la oscuridad... Cometí un pecado imperdonable, ¿Qué fue lo que le hice a esa inocente alma? Mas repulsivo que un violador, mas podrido que el veneno.
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