Nuestras vidas deberían tener el mismo valor. Todos deberían tener el mismo derecho a la felicidad. Pero en este país, eso no existe. Este sistema de clases pone una maldición sobre la gente. Por eso el corazón de las personas están contaminados y retorcidos, dando lugar a demonios . En este caso, lo opuesto es verdad. Una vez que los demonios son expulsados, los corazones de las personas se aclaran nuevamente, y la maldición es levantada. El país seguramente será hermoso.
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