Ese débil saco de carne del que te burlas tan alegremente no es un súper soldado, ningún guerrero inmortal, ninguna criatura maldecida por el caos como tú, es un hombre, un guardia imperial que proviene de un rincón olvidado del Imperio para luchar por su especie y por la seguridad de las personas que ama.
Él es un trabajador de una fábrica, un granjero, un comerciante, un padre, un hermano, un hijo, un simple hombre y contra criaturas como tú, abundantes e innumerables, impulsadas por la voluntad misma de los dioses sedientos... mantiene la linea, ha mantenido la línea durante diez mil años.

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