¡Ah, si tan solo Hendrick no me hubiera ofrecido ese pay de pescado en la taberna del gato negro! Estaba caliente, delicioso, recién salido del horno, no podía ignorar a mi estomago después del turno nocturno. Solo piénselo, nadie sospecharía que un pay estuviera envenenado, ¿verdad? Incluso los grandes maestros somos humanos, ¡A nosotros también nos da hambre!

Publicada por

Esta frase le gusta a

La frase ha podido ser editada después de que se haya enviado a moderación.

Comentarios

No hay mensajes