Mientras perdía el conocimiento podía, no preguntéis como, "escuchar las voces de los moribundos. Personas aplastadas por edificios o quemadas vivas en incendios, Trish perdió a su hermana y casi me perdió a mí. Zeke se mantenía ahí, convencido de algún modo de que despertaría a pesar de que la ciudad se venía abajo. Se declaró una plaga, seguida por revueltas, robos y violaciones, era el suicidio de la civilización. En un burdo intento de contener la amenaza biológica el gobierno cerró todos los accesos de la ciudad, ahora estamos encerrados en esta jaula rodeados de psicópatas. No quedan policías en las calles, todos han muerto o se han cagado de miedo. Las cosas fuera estaban mal, pero en mi interior, muy dentro, algo estaba... brotando. Al principio estaba muy asustado y no podía hablar con nadie ni consultar a expertos, pero con el tiempo aprendí a controlarlo. Espero que aún no sea tarde.
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