Sin que nadie dijera nada, sin siquiera decir nombres, como si un rompecabezas incompleto se acomodara por sí solo, simplemente al ver esa figura, yo comprendí exactamente a quién me enfrentaba. El segador del CCG. El investigador invencible. Una fría y viva mirada. Ahí, estaba el Dios de la muerte.

Esta frase le gusta a

y a 10 personas más
La frase ha podido ser editada después de que se haya enviado a moderación.

Comentarios

No hay mensajes