Tú, perro de Hellsing, eres una criatura indigna, un ser abominable, que no merece pisar la tierra que Dios creo, con estas hojas sagrada aniquilaré tu existencia, enterrándote de nuevo en las tinieblas para luego machacar tu impio cuerpo y esparcir tus cenizas y santiguar la sagrada obra de nuestro señor todopoderoso. Amen.
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