Cuando veo a alguien me entran ganas de matarle. Pero siempre me he reprimido, porque los humanos no pueden volver una vez muertos. Por eso voy por la vida diciendo que soy un asesino, me paseo cargando armas letales y amenazando de muerte a todo el que puedo. De esa manera, la gente huye antes de que el deseo de matar me domine. Así evito convertirme en un asesino y matar a las personas que tanto amo.
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