No puedo dar un solo paso, mi cuerpo no hace caso a lo que le digo. Esto es como cuando una rana queda paralizada al ser vista por una serpiente. En este caso, esa rana no era incapaz de moverse por miedo. Tal vez no era la serpiente la que no podía voltear la vista, era la rana. Tal vez la rana solo estaba fascinada, porque no era una serpiente lo que estaba viendo la rana, sino un dragón.
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