Como no soy lo suficientemente adulta, a veces me dan rabietas.
Todavía recuerdo aquellos días en los que el combatir me estaba vetado.
Por aquel entonces, mi corazón latía locamente de amor... justo como late ahora.
¡Ji, ji, ji! Me has hecho sonreír. ¡Me da un poquito de vergüenza!
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