Al abrigo de la oscuridad evacuaron el hospital y enviaron a uno de ellos para que fuera en cabeza. Los demás regresaron a las líneas y ocuparon posiciones bajo los cuerpos de sus hermanos caídos. Mientras esperaban, la sangre de los muertos se vertía sobre ellos. La sangre se les pego a la piel como un sudario, cambiándolos, ungiendolos. Cuando se acerco el enemigo, los catorce restantes se alzaron de la arena del desierto. Eran como cazadores que no se les podía ver. Usaban sigilo del que sus enemigos no se podían defender. Cuando se les agoto toda munición, usaron cuchillos, cuando los cuchillos se quedaron sin filo, usaron las manos. Cuando todo acabo no quedaba más que un enemigo con vida, lo encontraron en el desierto vagando sin rumbo, traumatizado advirtió a los demás sobre una fuerza tan temible e invencible que solo podía describirse como sobrenatural, los llamaron... Ghosts.