Colección - a

Eres... cruel.

Seguro que tus ojos si que lo ven todo colorido... a diferencia de los míos.

En la música no importa la nacionalidad, la raza o el territorio. ¡Probemos a tocar todos juntos!

Odio el piano... y aún sigo aferrándome a él. Seguro que es porque ya no tengo nada, sin el piano estoy vacío, solo queda un desagradable eco...

- Toca como te diga el corazón.
- Mi corazón es un caos.

De nuevo... estás mirando hacia abajo.

Pasaste de ser un dios a un humano por decir cosas tan ingenuas.

¿Será porque estamos en la piscina? ¿Porque se ve la luna? Quizás en el oscuro fondo del mar... también haya luz.

Mozart dijo que emprendiéramos un viaje. Todavía estamos viajando.

Eres justo como un gato. Se acerca sin hacer ningún ruido. Ella es impredecible y siempre esta jugando. Me tomas por sorpresa siempre yendo a tu ritmo.

Eres como un gato. Si me acerco, te alejas. Si estoy herido, te acercas, como si quisieras compartir el dolor. Por eso eres tan importante.

Aunque no esté preparado, tú siempre apareces cuando menos me lo espero.

Odio cuando alguien cree conocerme y actúa como si así fuera.

Tocar para alguien es más importante de lo que parece. Tú también empezaste a tocar el piano para alguien, ¿no? Es entonces cuando salen las mejores actuaciones. Cuando compartes la música con mucha gente. Cuando tu sonido les llega. Cuando se une sus corazones. Quizás la música supera a las palabras.

Es tu castigo por pensar solo en tu felicidad.

Una noche, vi a mis padres llorando en la sala de espera y yo sabía que mi tiempo se estaba acabando. Fue entonces cuando me escapé.

Escoges amistad antes que amor. Típico.

Ella es genial, ¿no? Egocéntrica, siempre hecha un desastre e incluso ni se molesta en ocultarlo... pero aún así tiene amigos...

¿Sonreír? ¿Cómo?