Frases de Gintama

Un aspecto básico de la batalla es conocer al enemigo y a ti mismo.

Hiciste bien al atacar sin cuartel la herida de tu oponente, pero aún debes dar cien pasos más para poder pelear con tu hermano.

Nada asegura que solo tengas enemigos al frente.

Tú habrías hecho lo mismo en mi lugar. Por eso te enfrentas a mí, ¿no es así?

La vida es muy corta, para pasársela lamentándose los errores del pasado.

Ya veo... No sabía que aún no me habían expulsado de la escuela.

- Ya no queremos convertirnos en alguien que necesite un título de clase guerrera.
- Y aunque fuera necesario nadie nos lo dará.

Son compañeros míos. Tengo derecho a venir a despedirme.

Si tuviéramos un lugar al que volver, no habríamos venido aquí.

No pienso caer hasta que no te detengas, me levantaré una y otra vez.

Para no clavarte tu espada a ti mismo sino a tu otro yo, quieres una venganza que duela mas que matarte a ti mismo.

¿Porqué no nos abandonaste y salvaste al maestro? Podrías haberlo hecho, pese a que me lo prometiste... Es probable que fueras quien mas quería salvarlo.

No debimos haber sobrevivido. ¿Por qué tuviste que salvarnos?

Cada vez que recuerdo tu rostro grabado en mi retina, mi herida se endurece y grita: ¿Porqué no vengaste la muerte de nuestro maestro? Solo tienes que clavarte la espada en el pecho... Y tiene razón.

Pese a que peleamos para salvarlo, nuestra debilidad hizo que sobreviviéramos dejando atrás su cadáver, haciendo que tu soportaras esa carga.

Nuestros enemigos somos nosotros mismos.

Si el enemigo que quedo grabado en mi retina hubiera sido solo el gobierno, todo habría sido mas sencillo.

Lo último que vio mi ojo izquierdo fue tu rostro.

- El tipo al que debes darle un puñetazo. ¡Está aquí!
- Eso lo veo incluso con los ojos cerrados.

Maestro. ¿Viniste a golpearme con tu puño de nuevo? ¿Viniste a detenerme para que no deje las cosas a medias?