Ganes o pierdas, consigas proteger algo o no, las guerras no tienen sentido, por mucho que intentes endulzarlo solo quedan cadáveres y pecados.
Los aliados que no pudiste salvar, los enemigos que mataste, los pecados que cometiste, todo se vuelve una carga pesada.
Las guerras son injustas, ganes o pierdas, las pérdidas siempre superan a las ganancias. Aún así, los ganadores pueden consolarse contando las ganancias, pero los perdedores solo pueden contar las pérdidas.
- Nadie invita a beber a un lesionado. - Si te preocupa eso nunca podrás beber, pues estas mal de la cabeza desde que naciste. - Tu ve a beberte el jugo de las frutas de la jungla, gorila.
No puedo compararme al traidor que asesino a su señor delante de las narices del emperador para robarle su posición de Shogun.
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No pude proteger nada, no pude cambiar nada. Solo queda un nombre manchado con su sangre. Un criminal.
Alguien quien mato a su amigo para proteger a otro amigo, pero que no pudo salvarlo pese a crear tantas victimas, alguien que perdió, no tiene derecho a llamarse amigo.
Al final, la marioneta controlada por los tiempos decidió su forma vida y su lecho de muerte por si misma.