Frases de Spy Kyoushitsu

No importa cuanto dolor inunde el mundo, nunca dejes que te rompa, no debes olvidar poner sonrisas en el rostro de las personas.

Tarde o temprano siempre se acaba la suerte.

Traidor o no, es doloroso acabar con un compañero.

Los espías libran una guerra por la información, una guerra en las sombras.

Puede que sea una fracasada pero aun tengo sueños y orgullo.

No hay forma de que se pueda dar explicaciones especificas que tengan sentido para otros cuando se hacen las cosas por instinto.

El mundo esta lleno de dolor, las cicatrices de la guerra siempre perdura, pero aun así la gente se las arregla para sonreír de nuevo.

Cuando alguien te deja verlo dormir es una señal de confianza, si alguien te deja verlo así hay que hacer lo que sea necesario para protegerlo.

Un arcoíris tiene siete colores, siete son los pecados capitales, es el numero perfecto.

Eso de "lazos" es solo una palabra bonita, un espía no debe confiar tan fácilmente en nadie.

Desgracia, así ha sido toda mi vida, me veo arrastrada a ellos día tras día, accidentes, tragedias, calamidades... Pero puedo sentir ligeramente cuando y donde sucederán.

Tanto si tienes experiencia o no, los espías deben aprender los trucos básicos de la seducción.

Las comidas son para compartir en familia, mientras mas se sienten a compartir en la mesa, mas fuerte se harán sus lazos.

Buscar la fuerza por si sola no tiene sentido, lo mas importante que debe tener un espía no es un cuerpo fuerte sino una mente fuerte.

Todos los políticos se dan cuenta de lo pobre que es el costo-rendimiento de la guerra, debido a la avanzado de la ciencia moderna las armas son muy efectivas para matar.

Cuando un espía es capturado, lo que le espera es una oscuridad mas profunda que la muerte.

Disfruten del desacuerdo, las diferencias entre aliados son clave para formar un equipo fuerte.

Cooperar chocando y desgastando los egos del otro, al empujarse mutuamente se impulsan hacia adelante.

A veces debes darte un pequeño premio para que todo el trabajo valga la pena.

En raras situaciones, los espías acorralados recurren a actos desesperados de violencia.