Frases de Rurouni Kenshin: Meiji Kenkaku Romantan

¡Puedo curar lo que sea, excepto penas de amor!

Recuerda que la espada que protege la vida, no puede permitirse fallar y jamás perdona.

Es injusto que mueras en este momento, Toma. Las faltas que has cometido son demasiado graves... Sin embargo, no importa cuán graves sean. Acéptalas, admítelas y cumple con tu castigo. ¿No es eso lo menos que puedes hacer por toda la gente a la que asesinaste?

Mientras tenga una espada puedo proteger a la gente a mi alrededor, nada ha cambiado. El único cambio es que un hitokiri se ha convertido en vagabundo.

Hacia falta decir el "de vez en cuando".

Mi única justicia es una muerte rápida.

Dependiendo de la época, la ola del destino de la gente llega más o menos rápida...

Es un niño físicamente, pero su corazón es muy maduro.

El arte de la espada es saber elegir entre asesinar y ser asesinado.

No existe nada mas fuerte, que el deseo de vivir.

Es desafortunado, pero para ti es simplemente imposible, una espada no puede cambiar una era, para eso necesitas gente.

Todos somos capaces de arrojarlo todo incluso la vida intentando alcanzar un objetivo... pero a veces, lo más valiente que se puede lograr es sobrevivir.

Veo a las personas sufrir delante de mí, cualquiera sea la razón, no voy a permitirlo.

Un hombre que no puede actuar según sus ideales es patético, vivo o muerto.

No te metas. No me duele nada. Esta herida, cualquier herida duele mil veces menos que el hecho de que Kenshin me crea un punto débil.

No entiendo muy bien la situación pero no puedo quedarme de brazos cruzados viendo a alguien que hiere a otros por diversión.

Él tiene los ojos de un asesino. No de uno que trabaja en una organización, sino de un verdadero asesino... No pensé que alguien con esos ojos haya permanecido en la era Meiji.

Si lo quisiera, no trataríamos con algunos inconscientes. Si no que no hubiera podido conseguir tantos ataúdes... Nos ha salido barato que sólo haya querido llevarse al niño.

Matar, aunque sea por una justa causa, no es bueno. Al final solo quedan lágrimas y una espada solitaria.

Si más allá de mi propia katana ensangrentada y de la vida de las victimas hay una nueva era en donde todos puedan vivir en paz, entonces yo mataré. Mataré... En lugar de los Dioses.