Frases de Warcraft 3

En su nombre he sacrificado todo y a todos los que siempre he querido, y sigo sin sentir remordimiento, vergüenza, ni piedad.

Vete a tomar por culo, se da una espada por detrás de otra manera...

Siempre quise crear mi propia religión... Y eso fue lo que hice.

Tengo un mal presentimiento muchacho, pero prometí que te ayudaría hasta el final.

¿Tú eres el rey? Bueno, yo no te he votado nunca.

¡Vosotros! ¡Elfos de la Noche! ¿Adonde han ido a parar el fuego y la pasión con que peleasteis en otro tiempo?

¡Nuestro espíritu es mas fuerte de lo que piensas, demonio! ¡Si hemos de caer, que así sea! ¡Al menos ahora somos LIBRES!

¡Los orcos sois débiles y ni siquiera merecéis el esfuerzo! ¡Me pregunto por que Mannoroth se molesto siquiera por vosotros!

¿Los demonios no sabéis hace otra cosa que hablar?

Eres muy valiente enfrentándote a mí, pequeña humana, ¡si tus compatriotas hubieran sido igual de audaces, me habría divertido mas borrado vuestra miserable naciones del mundo!

¡A las armas hermanos! ¡A las armas, valientes orcos y humanos! ¡Llega El crepúsculo y el enemigo espera!

Si el orgullo nos dejara pensar, amor mio, veríamos que quizás hemos vivido ya lo suficiente. Tyrande, iré hacia la cumbre y preparare nuestras defensas. Ocurra lo que ocurra, amor mio, recuerda que el lazo que os une es eterno.

Hace diez mil años, los elfos de la noche derrotamos a la Legión de Fuego, Aunque el resto del mundo estaba hecho añicos, nosotros pudimos seguir viviendo nuestra inmortalidad en paz. Somos sus protectores y a través de el fuimos dotados de inmortalidad y de poder sobre la naturaleza... Ahora, por sin, ha llegado el momento de devolver ese poder.

El hipogrifo es una fabulosa bestia, mitad águila mitad venado, capaz de desgarrar a sus presas en cuestión de instantes. Veamos como reacciona ante mi mano.

Soy ciego, no sordo.

Alas, cuernos, pezuñas, ¿qué pasa aquí? ¿Esto es Diablo?

Yo no como Yoda hablar. ¿O hacerlo?

¿Quién tú querer matar yo?

La justicia será ciega, pero yo no.

Traidor. En verdad, fui yo el traicionado. Todavía me persiguen. Aún me odian. Pero ahora, mis ojos ciegos ven cuanto los demás no pueden ver. Hay momentos que se debe forzar la mano del destino.
Ahora, vayámonos. Para desatar las mareas de destrucción... sobre todo aquél que a nosotros ose enfrentarse.