Traidor. En verdad, fui yo el traicionado. Todavía me persiguen. Aún me odian. Pero ahora, mis ojos ciegos ven cuanto los demás no pueden ver. Hay momentos que se debe forzar la mano del destino.
Ahora, vayámonos. Para desatar las mareas de destrucción... sobre todo aquél que a nosotros ose enfrentarse.
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