- ¿Crees que esas palabras pueden hacer actuar a la gente? - Lo sé. Lo harán. ¡Si están vacías desde el inicio, puedes llenarlas luego!
- Esperanza. - No, desesperación. Les haces creer que puedes salvar al mundo sin desesperación o peleas, ¡Y el resultado de esa ridiculez es el infierno mismo! - Pero, aún así, yo... ¡Creo en la esperanza! - Justo ahora, no hay poder alguno en tus palabras. Si dices que estoy equivocado, si dices palabras que tengan poder, ¡usa tus palabras para detener mi espada! No soy como tú. Yo creo en el poder. No importa cuántas víctimas haya, aunque signifique morir, destruiré la desesperación. ¡Esa es mi resolución!
Naegi Makoto... Si realmente deseas un mundo de esperanza... Si realmente odias la desesperación... Debes suicidarte aquí mismo.
Al principio, éramos amigas, pero empecé a depender mucho de Ruruka, y ella empezó a aprovecharse de mí. Y ahora estamos...
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- Solías ser fuerte, pero te volviste un cobarde. ¿Por qué? - ¿Es una pregunta? Entonces debo responder. Porque aprendí que como hacemos las cosas ahora no eliminaremos la desesperación. - Es cierto, es por eso que debo... - ¿Por eso sacrificaste a Yukizome? Munakata, crees que si empiezas una guerra y matas la desesperación, todo terminará, pero eso es muy ingenuo. No puedes extinguir la desesperación con una guerra.
Al principio le pedía cosas porque dijo que haría lo que fuera, pero eso empezó a cambiar. ¡Porque nunca comía mis dulces! Hacer dulces es lo único que puedo hacer, pero Seiko no quería reconocer cómo de buena era en eso.
¡Naegi-chi! Déjame entrar... E-Es peligroso aquí afuera... ¡Si no entro, moriré! ¡Regresaron! ¡Maldición! ¡Probablemente no saben que estoy aquí, corriendo por los alrededores!
- Oye, ¿quieres que te deje ir? ¡Si haces lo que te digo, lo haré! Come esto, si finalmente comes los dulces que siempre rechazaste, te ayudaré. - Si lo como, moriré. ¿Cuántas veces debo decírtelo? - Entonces, algo más. ¡Ya sé! Munakata Kyosuke, el subdirector. Si dices que lo matarás, te salvaré. - ¿De qué estás hablando? - No tenemos nada contra los Restos de la Desesperación, ¿no? ¡Solo pensamos que si él muere, todo esto terminará! Estos días, él es el único que maneja la Fundación Futuro. - ¡Yo... No puedo hacer eso! ¡Cuando fui expulsada de Pico de Esperanza... Y daba igual si estaba muerta... Él me ayudó!