Frases de Aoharu x Kikanjuu

Después de perderlo todo. Ya no tengo nada por lo cual luchar en este mundo.

Yo siempre, siempre, siempre... he estado tan solo.

La "felicidad" de la que no tenías idea, se encuentra... en cada pequeño rincón del mundo.

En el campo de batalla las excusas no importan.

En serio no tiene remedio, siempre hace lo mismo, viene a atacar de frente. Esa forma de pelar. ¡Es imposible que funcione en el DGC! En serio. A este paso no... no... Quema tanto que no puedo ver nada, maldición.

Esos no son los ojos de personas que van a una batalla cuyo resultado es obvio. Son los ojos de los valientes que no quieren perder bajo ningún concepto.

Si tienes miedo de dañar a una persona puede huir. Adelante, huya todo lo que quiera. Aunque Matsuoka-san me abandone, yo no... ¡Nunca te abandonaré!

Yo... Yo... ¿Desde cuándo...? ¿Desde cuándo comencé a tener miedo de enfrentarme a algo? ¿Desde cuándo...? ¿Desde cuándo dejo de importarme perder?

Hay dos tipos de personas, las personas que abandonan y las que son abandonadas.

No hay problema. No tengo miedo de nada. Ahora ya se lo puedo decir. Se lo podré decir a ellos dos. El hecho de que yo, soy mujer...

Si hubiera estirado la mano, tal vez podría haberla alcanzado, pero... tenía miedo de ser rechazado. Y no hacía nada aparte de quedarme observando, esa espalda que se hacía cada vez más pequeña.

Hay dos tipos de personas. Las personas que abandonan y las personas que son abandonadas. Hasta ahora yo... ¿Cuántas veces he tenido que ver la espalda de las personas que se van?

Si tienes miedo de dañar a una persona, puede huir.

¿Necesito de una razón para ayudar a un amigo en ese estado?

A pesar de saber el dolor de ser dejado. Yo... dañe a ese tipo y lo deje. Por eso no entiendo. ¿Por qué sigue detrás mío?

Hay dos tipos de personas. Las personas que dejan y las personas que son dejadas. Yo siempre fui de las personas que son dejadas.

Hagas lo que hagas, habrá personas a las que no podrás ganar nunca.

Aunque hagamos esto 100 veces más, tú no podrás ganarme.

Mientras yo seguía perdiendo ante él, incluso las lágrimas de frustración de la primera vez, poco a poco dejaron de salir. Y en algún momento, perder se volvió obvio. O al menos, en algún lugar de mi corazón, comencé a pensar de esa forma.

¿Qué pasa? ¿No te cansas de perder?