Frases de Hajime no Ippo

Si no te esfuerzas hasta el máximo, ¿cómo sabrás donde está tu límite?

Habrá veces en las que el esforzarse quizás no sea suficiente. Pero aquellos que tuvieron éxito, se esforzaron.

La gente siempre tiene buenas intenciones, pero solo lo hacen para quedar bien, nunca se sabe lo que piensan en realidad. Tú y yo lo hemos aprendido, una y otra vez.

Deja de insultar a alguien que está peleando con el corazón.

Una derrota no siempre es el final.

Seguro estas lastimado, incluso tal vez caigas pero da el máximo, sigue dando el máximo, tarde o temprano verás la luz al final del túnel.

Cuanto más brilla un cuerpo, más larga es la sombra que proyecta. Y sin duda mi sombra es alargada.

No existen palabras que puedan consolar al perdedor.

La palabras pueden herir tu corazón más de lo que cualquier golpe puede herir tu cuerpo.

No importa el dolor que sienta, no importa lo poderoso que sea mi oponente, ese amor siempre me impulsará a esforzarme más.

¿Ya le vio el rostro? No puedo perder contra alguien tan feo.

Su cualidad es que no pierde el espíritu, nunca se retira, aunque reciba golpe tras golpe, sigue peleando. Tiene un arma llamada valor.

Mis golpes son poderosos, porque en ellos se encuentran las esperanzas de mi rival y de aquellos que confían en mí.

Se pelea con espíritu, no con el cuerpo.

El nunca regresará a aquí otra vez. Desde ahora, mantén tus ojos solo en mí.

Todos tienen tantas esperanzas puestas en mi, ser una super-estrella no es fácil.

¿Qué significa ser fuerte? No lo sé pero, estoy seguro que si derroto a este hombre lo sabré.

¿Alguna vez te han dicho, que hueles a lombriz? Todos los días unos bravucones le decían a un muchacho que olía a lombriz, lo golpeaban constantemente cuando intentaba defenderse, lo trataban muy mal, lo molestaron durante once años sin parar, desde la primaria hasta la preparatoria. Entonces... ¿Qué hizo para que lo trataran con mas respeto?
Encontró algo que amaba y se entrego a ello. Después todos lo trataron mejor, presto menos atención a lo que pasaba a su alrededor y de pronto las cosas cambiaron. Y dime, ¿en qué se involucro? En el boxeo.

¡Levántate! Ippo siempre se levantó, estaba decidido a cumplir su promesa. Se levantó una, y otra, y otra vez. ¿Por qué no puedo hacer lo mismo? ¡No puedo perder!

No me queda nada de fuerza pero, me rehusó a rendirme.