El dolor y sufrimiento que deberían acompañar el daño letal de sus cuerpos se convierte en placer, cuando mas relajados, mas cerca de la muerte están, es una técnica aterradora pero no funciona conmigo.
Estarossa era Mael de los cuatro arcángeles, y esa era la verdad tras el fin de la guerra santa hace 3 mil años, no lo puedo creer, incluso Tarmiel, Sariel y Derriere fueron asesinados.
¿Lo prometimos verdad? Nosotros siempre estaríamos juntos, por eso estoy aquí... De los siete pecados capitales, el pecado de la serpiente esta lista para la batalla.
Pensé que si me sacrificaba podía solucionar todo esto, pero esta ira no puede ser reprimida, y a este ritmo las cosas empeorarán aun mas.
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Aunque me duele decirlo, fallamos en todo, en salvar a Mael y en proteger a Elizabeth, una excusa de los cuatro arcángeles, por favor perdodenos suprema deidad.
Dentro de esa retorcida luz, una poderosa encarnación demoníaca esta intentando nacer, y sea lo que sea, no es el Mael que conocíamos.
Un ataque al espíritu y alma de Mael de Gowther, el mismo que cambio a Mael, podría darnos una desesperada oportunidad de derrotarlo pero no creo que eso suceda, este Gowther parece una persona completamente diferente al insensible Gowther de los diez mandamientos.
El rey hada esta en muy mal estado, e incluso si fuera curado, no tendría el suficiente poder para derrotar a Mael.
Ni la oscuridad ni la luz seguirán afectando a Mael, el único que podría tener una oportunidad contra él, es un hada, un gigante o un humano.
Fallamos nuestra misión, pese a que lo habíamos atrapado, no usaste todo tu poder, eso fue lo que arruino el plan, esa era nuestra única oportunidad para detener a Mael.
Esa bola de luz parece una crisálida, a pesar de que su cuerpo rechaza los mandamientos, Mael esta intentando fusionar el cuarto mandamiento con él.
Descansa en paz y dejame el resto a mi, te juro que no dejare que tus sentimientos se malogren. Esta guerra santa, Mael, los detendré y Meliodas, te detendré.