Cambiar el corazón de las personas es tan difícil... no puedes siquiera comenzar si no entiendes el tuyo primero.
Yo en realidad nunca pensé acerca de lo que yo quería en la vida. Pero ese día, cuando vi tus lágrimas, me di cuenta de que solo quiero vivir para verte sonreír.
Cuando tu amor por alguien llega a su conclusión, para bien o para mal, el punto es que sigas adelante.
Yo no tengo ni el más mínimo deseo de animarlo para que se quede contigo, pero siempre te animaré a ti.
Prefiero morir antes de decirle: "Estoy preocupada por ti, siempre estás solo". Por eso a veces volteo y miro a ver como se encuentra.
Si puedo desear algo... yo quiero transmitirle todo lo que siento. No puedo quedarme aquí... no puedo hacer de mis sentimientos una mentira.
En verdad lo que dijo me hizo extremadamente feliz. Yo quería decirle, "gracias". Pero no dije nada porque era muy tímida.
Ya no tengo un hogar. Ya no tengo un sitio al cual regresar. De todos modos, nadie me espera. No hay nadie que me necesite.
El tener a alguien que espere por ti... y te diga que llegues a casa a cierta hora... es la primera vez que tengo algo como eso.
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Había una chica que nunca lloraría a pesar de ser tan pequeña. Ella no lloraría aún cuando se perdiera o su pez dorado muriera. Ella no lloraría aunque su oso se rompiera. Pero ella se ve algo triste. Ella no lloraría aún si se deprimiera o se sintiera sola. Justo como ese día. Desde entonces solo por un momento. Ella continuo llorando... como si su mascara se cayera.
Lo ideal... pensar en algo ideal para mí. No hacer que él sienta compasión de mí. No hacer que él sienta rencor por mí. Y finalmente enfrentarme a él. En pocas palabras... dejar de huir.
Siempre he estado matando mis sentimientos desde que era niña así que esto da igual... ya estoy acostumbrada.
Hay alguien que me ama. Parece tan simple, pero es bastante complicado. Nunca supe que tan feliz o fuerte podría hacerme. Hasta que esa persona me lo mostró.
Si estás haciendo algo por tu familia, no importa cuan pequeño sea, traerá felicidad. Como por ejemplo, el verlos sonreír.
Ella no dijo nada mientras estaba a mi lado. Ahí, con el paraguas, protegiéndome de algo más que la lluvia. Pero nadie nunca sabrá lo mucho que significó para mí.
Era como una casa mágica. Un lugar donde vivo, lleno de lágrimas y risas. Seguramente aquí debió vivir el asistente de un mago. Alguien invisible ante nuestros ojos, o al menos eso pensaba.
La mayoría de los padres no dejaría a sus hijas vivir a solas con otro hombre aún si son amigos de la infancia.