A pesar de haber llegado tan lejos, los humanos siguen siendo iguales en el fondo, siempre están perdidos, sufren y toman malas decisiones, y aun así siguen avanzando, son nuestros tontos y preciados corderos, y si los corderos lo desearan, los reyes y los dioses no tendrían razón para existir, en ese sentido, nos hace falta algo para ser perfectos.
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