Supongamos que el mundo fuera un reloj gigante. Estaría hecho de un número infinito de engranajes sin nombre. Pero, no importa lo pequeño que es un engranaje, queremos ser nosotros mismos... Al hablar, tocar y pensando en los demás, podemos seguir adelante. Podemos cambiar el mundo a través de la composición de las pequeñas cosas.
Publicada por
La frase ha podido ser editada después de que se haya enviado a moderación.