¿Le ordenas a tu propia hija que asesine? Qué niña tan obediente. Pero bueno, eso era lo que deseabas, ¿no, papá? Una hija que nunca muera y siempre esté a tu lado. Una hija que nunca te deje solo. Lo que tú querías no era una hija, sino que una simple criada.
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