En algún momento te convertiste en un niño destrozado que no veía ni la belleza de las flores, pensaba que mientras quisieras vivir no me importaba que te alimentaras de odio para hacerlo, así es como quería protegerte, pero estaba equivocado, me asuste y huí, pero el salir de viaje fue una apuesta, quería ver si el mundo que amaba tu madre no era un mundo de tristeza.
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