Una persona que alguna vez traicionó severamente a otros pierde la fe en su propio juicio. Se vuelven tímidos para lastimar a alguien una vez más. Es por eso que solo hacen lo que se les dice y examinan la expresión en los rostros de los demás... Se vuelven cautelosos, sumisos y serviles. Para tal persona, no hay otro método que tomarse el tiempo para ganar confianza poco a poco.

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