Aun estando triste, destrozado, en lo más hondo, ¡debes tocar!, así es como vivimos nosotros.
No es que no puedas tocar, es que no tocas, solo huyes poniendo como excusa que no oyes el sonido del piano, sé que no puedes oírlo y que no tocas el piano, ya lo sé, pero quiero que seas tú.
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