Es por eso que... Decidí ser tu amigo, aceptaría tu tristeza y compartiría tus alegrías. Si te extraviaras del camino te corregiría, si te equivocaras te perdonaría y cuando estuvieras en problemas, estaría allí para ti. Y así, aquel que había empezado a odiar al mundo volvería a amarlo algún día
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