Creo que el corazón es como una cuerda. Es difícil y complicado, y hay momentos en que no puede evitarse y es porque duele como fuera una cuerda, estirada en el pecho, se estuviese rompiendo. Como rasguear una cuerda de guitarra estirada hasta su límite. A veces se parte y crees que ya no se puede arreglar. Pero, si pones una nueva cuerda como esta, y tienes a alguien que la arregle por ti, ¿no sanaría la herida, aunque fuese un poco?
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