¿Por qué llegué hasta aquí? ¿Por qué pensé en llegar aquí? ¿Lo que hice tuvo sentido o no? Pero aprendí una cosa. Lo que me espera es la realidad. Ni la rutina ni nada extraordinario, sino una realidad que puedo alcanzar alargando la mano. Y ahí es adonde voy a volver. Una realidad que está ahí mismo.
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