Hay una razón por la que actúo a veces de este modo y quería explicártela. Jamás he compartido con nadie mis sentimientos más íntimos y quiero compartirlos contigo. Así que escúchame: todos los pilotos vivimos con temor; esto se debe a que conocen las consecuencias del más leve error. Cada vez que un piloto de pruebas despega se pregunta si será la última vez. Pero cumplimos nuestro deber y subimos una y otra vez. Puede ser más peligroso que el combate, porque entonces hay más tiempo para pensar lo que se hace. Últimamente tengo el presentimiento de que voy a morir y que este será mi último vuelo.