Todos los hombres se arrodillan cuando sus vidas están en riesgo. El problema no es la acción de hacer eso, sino su sinceridad, si de verdad lo hacen desde el fondo de su corazón o no. No importa cuanto restriegue su frente contra el suelo si en su interior esta maldiciéndote a muerte, conozco perfectamente el gesto vació de arrodillarse en el suelo y pedir perdón. El mundo esta lleno de timadores, y ademas me han traicionado en incontables ocasiones, es imposible que confié en alguien que suplica perdón por sus deudas porque para empezar, tiene esas deudas por no ser un hombre sincero.

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