Yo diseñé el sello para que yo apareciera en tu conciencia si la Octava cola era desatada. Esperaba que ese día nunca llegara... dije que no volvería a ver tu rostro otra vez, Zorro maldito, pero... incluso en estas circunstancias, conocer a mi hijo ya crecido es un placer. Digamos que estamos en paz.
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