Estoy humillado. Aquí estoy, osando llamarme un sirviente de Dios, más aun así preocupándome por salvarme a mi mismo. Pero tú, una mitad monstruo, un cazador al que se le prohíbe hasta poner un pie en este pueblo... has decidido arriesgar tu vida luchando contra la criatura y te preocupa más ese muchacho que tu propio destino.
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