- Un año después de casarme, mi esposa huyó. No dijo por qué, pero creo que se cansó de mi personalidad tranquila e indecisa... Iba a hacerlo, pero no tuve las agallas para suicidarme. Y entonces...
- Yo les cuento. Tu mano derecha debería recordarlo también. Al principio, nuestro único objetivo es tomar el cerebro, así que iba encaminándome hacia allá. Pero... Me mezclé con su cuerpo a punto de morir y luego me quede atascado en su garganta.
Publicada por
La frase ha podido ser editada después de que se haya enviado a moderación.