Nos advirtieron, y ya están aquí. Los antiguos pergaminos vaticinaron su regreso. Con fuerza para levantar rocas con el batir de sus alas, y una magia mas antigua que nuestro habla, han venido acompañados del repicar de las campanas del fin.
Pero, hay y habrá uno al que teman. Mestizo de nuestro cuerpo y su sangre, aquel que puede convocar el mismo poder que los heraldos de nuestra destrucción. Le llaman "dovahkiin" ¡el nacido del dragón!
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