Colección - Kimetsu no Yaiba: Katanakaji no Sato-hen

Tal vez crea que soy mas fuerte ahora, pero siempre habrá alguien mas fuerte, mi cuerpo es solo carne y sangre, cicatriza y se lastima.

Los sentimientos de las personas que me apoyan son los mismos, derrotar a los demonios y salvar a los humanos.

Lo que podemos lograr solos por nuestra cuenta es muy pequeño, por eso las personas reúnen todas sus fuerzas para lograrlo.

Por muy fuerte que sea un ataque, de nada sirve si no le da al objetivo.

Mientras tenga mi pasado puedo estar mucho mas firme en mi presente.

Si uno sabe quien es en realidad no importa si algo es incierto, la ansiedad desaparece.

La vida siempre te recompensara, a veces ayudar a los demás es la única manera de ayudarte a ti mismo.

Cuentan que no solo heredas los rasgos físicos de tus antepasados, sino también sus recuerdos mas importantes.

Me uní a los cazadores de demonios para encontrar un hombre fuerte, cualquier mujer querría a un hombre mas fuerte que ellas, después de todo a las mujeres nos gusta sentirnos protegidas.

Entrenar es importante, pero nada se puede comparar a lo que aprendes en una batalla real.

Los que somos superiores no tenemos porque dificultar las cosas a los de abajo.

Si de verdad odias a alguien debes enfrentarlo en una batalla sangrienta.

No respetar la jerarquía es humillante, crea una falta de subordinación total.

No pueden complacerme con un simple rumor, el silencio es mas útil ahora.

¿Alguna vez les he dicho cuanto detesto los cambios? En diferentes circunstancias, los cambios físicos, incluso los cambios emocionales, conducen a un estado de debilidad, una asquerosa inferioridad, no pienso tolerar mas errores, no seré cómplice, rehén, ni victima de su eterna putrefacción.

Aquellos demonios que conservan su humanidad solo reflejan su debilidad, pero al final no puedo culparlos, solo son victimas de su propia estupidez.