Colección - <3

- Onodera: ¡Los de la imprenta dicen que vienen en camino!
- Takano: ¡Diles que Marakuwa se fue a la quiebra y que ya no estamos aquí!
- Onodera: ¡NO LES PUEDO DECIR ESO!

Cuando mi sentimiento de "necesito ganar" es más fuerte que mi sentimiento de "necesito rescatar" diré cosas malas sin cuidado alguno. Y aunque esa sea una parte de mí que me disgusta, al final, en mi mente, tú eres la imagen de la "victoria".

Si te escondes ninguna señorita te hará caso.

-Pareces extremadamente feliz.
-Con Boruto es imposible aburrirse.
-No lo digas con esa cara de felicidad.

Es cuando las cosas dan miedo y el tiempo es incierto que lo enfrentas todo con una gran sonrisa.

Mi deseo es que las personas que más quiero sean capaces de obtener la felicidad que tanto desean y si es posible, que las personas cercanas a ellas puedan ser ellos mismos. Esta ingenua y pura, pero muy extravagante y egoísta petición es un deseo.

Ayase-san es quien siempre viene hacia mí. Declarándose directamente a mí, viniendo a mi colegio sola. Aún con mi indecisión, me haces decir "Wow".

Cuando ella habla sobre el mañana puedo sentir que sólo cosas buenas van a venir.

El mundo volverá a girar para ti si eres capaz de decir "lo siento".

Eres débil y patético, nadie hablará con un chico así.

- El habito hace al monje, ¿no?
- Bueno, estás muy linda. Igual que el cielo es azul y el mar es amplio. Tú eres preciosa.

A ti no te importa nada y dices lo que quieres. El estatus o el orgullo. ¡Tú lo destruyes todo! Nunca me había topado con alguien así hasta que te conocí.

Desearía haberte conocido en otras circunstancias, desearía poder estar junto a ti para siempre, desearía no tener que olvidarte.

Las mujeres no soportan a los hombres perfectos, lo ideal es un hombre cuya habitación este un poco desordenada.

Las mujeres son aterradoras, escondiéndose bajo capas y capas de maquillaje.
¿Tenemos la oportunidad de verles sus verdaderas caras?

¿Por qué te ocultas? Mejora y vuélvete un chico al que valga la pena ver. Un chico fuerte en quien se pueda confiar.

Ahora recuerdo porqué siempre seguía a Takaomi-kun desde antes, no fue porque deseaba ser fuerte, o porque quería un hermano mayor, y por supuesto, tampoco porque era una masoquista. Yo sólo deseaba que Takaomi-kun me dijera que estaba orgulloso de mí.

En la ciudad tenemos cosas llamadas "reglas". Primera regla, cuando lleguen a su casa, lávense las manos. Segundo regla, no coman cosas que se han caído al suelo. Tercera regla, cuando están en un duelo, peleen de a uno.

¿Por qué amar a alguien me aterraba? La respuesta es simple, porque me adoraba a mí mismo.