Colección - Sanz

Todas las estrellas mueren. Algunas se desvanecen, otras estallan y otras forjan nuevos fuegos.

Lo importante no es el resultado. Es saber encontrar un sentido a todo lo que hacemos. Saber por qué luchamos... Saber qué es lo que protegemos. Encontrar una razón por la que vivir... Una razón que despeje todas las dudas... ¡Con eso basta!

Los sueños solo son sueños si algún día se cumplen nunca fueron sueños.

¡Desespera, porque soy el fin de los días!

Si ves una nueva barrera, quiere decir que estás avanzando.

Mira solo al frente, date fuerzas a ti mismo.

La memoria es como una compañera que te brinda consuelo.

Si quieres que esto tenga un final feliz, tenemos que pelear todos juntos, todos.

Mi corazón obstinado derrotó a tu afilada espada, la lucha es algo más que destreza.

Vive con orgullo. Si te vence tu debilidad, calienta tu corazón, aprieta los dientes y sigue adelante. Aunque tu cobardía te frene, eso no detendrá el paso del tiempo; todos llegaremos a nuestro fin tarde o temprano, no te sientas triste por ello.

¿Sabes? El único y exclusivo objetivo del amor es la pérdida de la individualidad. Amar es sacrificar tu ego para que ambos os volváis uno solo.

Crecer y morir es parte de la belleza de esa criatura que siente a la que llaman ser humano.

Que patético, si me vieran en un estado tan vergonzoso, estoy seguro que todos se reirían al verme... No, nadie se reiría de mi.

La esencia de la apuesta es la locura, ¿verdad? En este mundo capitalista, es dinero es como la vida, el apostar la vida es locura. Sin embargo las personas se reúnen en los casinos a apostar su vida porque sienten placer en ello, si es así, entre más loca la apuesta... Más divertida es, ¡apostemos hasta enloquecer!

Quiero vivir, vivir y protegerla.

No te hagas pedazos por mantener a los demás completos.

Ojala sea un día común y corriente. Aunque no pase nada especial y sea aburrido... Si no perdemos nada hoy o mañana con eso basta.

Quiero reunir mucho de ese color formado por las ambiciones, sueños y sentimientos de los demás. Y aferrarme con fuerza a ellos.