Colección - Jar

Alguien que se parece mucho a como yo solía ser esta ahí afuera, en alguna parte, ahogándose en la nostalgia. Si pudiera encontrar a esa persona y decirle "Esto todavía no se ha terminado" podría demostrar lo importante que fue que tú me salvaras en aquel momento. Es una corazonada.

Latidos acelerados, rubor, falta de concentración. ¿Qué clase de enfermedad es esta?

Siempre, atrapado en mi garganta. Estuvo algo de amargura que no podía escupir. Yo no quería llorar, porque cada uno de las personas a mi lado estaba sufriendo. Pero aparte de llorar, no sabia que mas podía hacer.

Eres imprudente, pero no eres tonta.

Lo único que me permite ser quien soy son mis recuerdos.

Necesito curarme pronto… ¡O mi hamster se quedará huérfano!

Las dos corren, agarradas de la mano,pero ellas aún no sé habían dado cuenta de la fragilidad del vínculo llamado amistad y también... Qué los recuerdos abandonados siempre se reviven acompañados de lágrimas.

El otoño está llegando y mis sentimientos por ti se vuelven más fuertes.

- Tú eres la viva imagen de Yuri.
- ¿Qué clase de sujeto era?
- Tenía una personalidad brillante y la maña de poner a todos a su alrededor de buen humor.
- Suena como si no fuéramos de la misma especie.

Cuando Chihiro murió, yo quien nunca había llorado frente a alguien antes, deje salir lágrimas por primera vez. Quizás en algún lugar de mi cuerpo, yo sentí algo y lo mantuve guardado por mucho tiempo. Desde entonces no he podido pararlo.

Yo pase por lo mismo, hace tiempo me sucedió algo similar. Quería proteger dos cosas, no quería perder ninguna. Pero si no me deshacía de una, perdería ambas. Intente proteger ambas, pero fue lo mismo que deshacerme de ambas. Todavía sueño sobre eso, sobre si había una solución mejor o no.

- Reiji: Algún día te haré sonreír. Estoy seguro de que volverá... Reír cuando estés feliz, llorar cuando estés triste... Volverás a ser una chica normal.
- Ellen: ¿Normal?
- Reiji: Por eso mantente viva hasta entonces, Ellen. Definitivamente te protegeré.

Al final, la marioneta controlada por los tiempos decidió su forma vida y su lecho de muerte por si misma.

No pude proteger nada, no pude cambiar nada. Solo queda un nombre manchado con su sangre. Un criminal.

- Escúpelo, ¿cuánto tiempo has estado sufriendo?
- No es algo que te concierne.
- ¿Oh en serio? Me dices eso a mí, un jurado amigo y compañero de gremio. Por supuesto que me concierne.

Por mas que me duela atacar a mi salvador... Realmente te has metido con mi familia. Salvador o no. ¡Es hora de que pagues!

A pesar de que dices que vas a descansar, no lo harás, ¿verdad? Aunque te diga que no te excedas, no me escucharas, ¿no es así? Y aún cuando estas teniendo, en serio, un mal momento, sin duda no lo dirás, ¿verdad? Por eso, te abrazare estrechamente de este modo. Es mi trabajo, ¿verdad? Senpai... Te quiero.

¿Me quieres a mí? Espera... ¿Estás... ligando conmigo?

Prometí protegerla. Le prometí volver. Y aún así, la dejé morir sola.