Cuando era niño, el chico conoció el fuego. Era la calidez que siempre le proporcionaba su padre. Y ahora el fuego se convirtió en su guía. Una lámpara salvadora que lo ilumina todo, aspirando a su difunto padre. Los ojos emocionados del chico están concentrados en seguir la espalda de su padre. La espalda de su difunto padre al que ya nunca podrá alcanzar.

Publicada por

Esta frase le gusta a

La frase ha podido ser editada después de que se haya enviado a moderación.

Comentarios

No hay mensajes